- Si tu me amabas a mi tanto como yo a ti, ¿porqué hoy estás con ella y no conmigo?.
- No lo sé -claro, ¿como saberlo si al fin y al cabo esto no era mas que otro de mis sueños?-.
- Pero, ¿me amas a mi?.
- No lo sé -era muy frustrante saber que todas las preguntas tendrían la misma respuesta, así que decidí no preguntar mas-.
- Te conozco ¿sabes?, incluso mas que ella.
- Lo sé.
Ya no encontraba nada mas de que hablar, así que me resigné, igual que como lo había hecho en estos últimos meses, donde nuestras largas conversaciones habían pasado a ser un simple recuerdo y se habían visto reducidas a pequeñas charlas de vez en cuando si coincidíamos en el pequeño corredor del instituto.
Me dí la vuelta y vacilé un instante, sabía que apenas llegara la noche rompería a llorar por el dolor que me causaba su enorme indiferencia en el asunto, pero ya no me importó en absoluto, aquellas serían otras mas de las mil lágrimas que ya había derramado en su nombre y eso no era algo en lo que pensara mucho.
Apreté los ojos con fuerza y comencé a caminar decididamente hasta la esquina mas alejada.
Había avanzado unos cinco pasos cuando sentí su respiración a mis espaldas y el corazón me empezó a latir a mil por hora.
- Mariana... -me susurro al oído para luego darme la vuelta y colocarme frente a el-.
- ¿Qué...? - abrí los ojos de golpe y caí en la cuenta de que mi cara se hallaba a pocos centímetros de la suya. Tanta proximidad me dejó sin habla por unos segundos interminables, aunque a duras penas pude terminar la frase:- ¿qué quieres?.
- Te quiero a ti.
Ohh, que bonito texto;'D casi lloro (exageracion..beep..beeep) ajajajja
ResponderEliminarBesos linda;*