Estoy perdida.
Me perdí en el universo de mi mente, en la infinidad de mis sentimientos.
Aislada del mundo. Despierta pero sumida en una profunda ensoñación.
Me hallo a mi misma impenetrable, bloqueada, desorientada.
Todo pasa, pero nada ocurre; o es que ya todo me dejó de importar. Todo es tan nulo, tan insignificante a éstas alturas. Me siento incompleta, y ando en busca de aquello que me hace falta... Pero con cada paso que doy caigo en la cuenta de que estoy andando sin dirección ni sentido, no se que busco ni hacia donde voy.
Sola, sola, sola..
Una y otra vez, ese pensamiento que me asfixia hasta más no poder.
Los libros, las películas, las canciones.. Todo a mi alrededor me recuerda que estoy sola.
Que no hay nadie a quien le pueda interesar alguien como yo, que se me acabaron las oportunidades.
No soy nadie; o así me siento.
Soy tan solo un fantasma, invisible, que deambula de un lado a otro desgastada por la rutina.
Con mucha frecuencia, termino por salirme de mis casillas, harta de todo.
Dicen que me encuentro algo sensible por los momentos, les irrita mi forma de hablar, de comportarme, y hasta de caminar... ¿Sensible? No, ni lo más mínimo: estoy hecha pedazos.
Por aquello que me quita el sueño, que me saca las lágrimas a la fuerza, que me desarma y me amordaza, pero a la vez algo que necesito y deseo con todas mis ganas, algo de lo que soy incapaz de desprenderme: amor.
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