No se si gritar, o llorar, o ambas cosas. La impotencia me arde en la sangre, acumulando rabia que no puedo dejar salir.
Siempre ha sido lo mismo; quedamos privados de libertad, de hacer las cosas que queremos, por la hipocresía de alguien que dice que nos ama.
No quiero, no puedo.
La necesidad de ser libre, de hacer lo que se me antoje, de viajar, de extender las alas y volar lejos, siempre está limitada por los deseos de otra persona en mi vida.
Me repito a mi misma: "nunca dejes de hacer algo que te haga feliz por nadie, nunca te detengas por nadie, nunca cambies por nadie" y siempre termino siendo obligada a adaptarme a lo que los demás quieran de mi.
No puedo esperar más, la independencia grita mi nombre y desde ya, empiezo a contar los años que me quedan para largarme de aquí.
domingo, 23 de junio de 2013
Añoranza.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Epaaa Marianaaa, ¡recibiste un premio en mi blog, pasate ahí! http://lucianigabriel.blogspot.com/ <3.
ResponderEliminarSimplemente ME IDENTIFICO CON ESTA ENTRADA.
ResponderEliminar