Cualquier otra tarde en cualquier otro lugar con cualquier otro motivo.
No quiero recordarte; pero allí estas, en lo profundo de mis pensamientos. No tienes ni la mínima idea de lo que me has hecho sufrir.
Siempre creí que al subirme a un avión, los problemas serían incapaces de alcanzarme entre las nubes.. Pero, ésta vez, han viajado conmigo y he tenido que arrastrarlos junto con el equipaje.
Así como sonreí aquel día llena de emociones; lloré aquella misma noche, rota una vez más, despreciada por quien más quería.
Ya suponía como acabaría todo desde un principio, no dejé que me tomara por sorpresa, y por esa misma razón fue que nuevamente sentí morir. Lloré por todo lo que habíamos pasado, por todas las veces que tontamente creí que me querías, por todo lo que decidiste arrojar a la basura.
Y ahora, luego de que mi viaje ha terminado, volando de regreso a mi realidad, admito que me siento más triste que nunca y aunque prometí olvidarte, mis emociones han vuelto hechas polvo, cansadas de tanto llorar.
Me hallé a mi misma, observando como se pone el sol desde una ventana, añorando días alegres acompañados de un té caliente, reventando mis oídos con canciones de Blink 182.
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