viernes, 26 de julio de 2013

Life survivors.

Hoy es de esos días en los que he me detenido un momento para respirar. Muchas veces, es sano tirar la toalla, tomarse un break. Cada vez que decides bajar un poco el ritmo de tu vida, tu mente descansa y te ayuda a pensar en esas cosas de la que has estado huyendo, en las cosas que necesitas mantener en tu vida por un tiempo más y en las cosas de las que necesitas deshacerte para no seguir haciéndote daño. En fin, nada es para siempre. 

Cuando desperté esta mañana supe que mi fuerza de voluntad se había acabado, que no podría continuar en mi lucha diaria si no me tomaba un respiro. Así que eso fue lo que hice. Falté a mis clases, quité todas las alarmas, apagué mi móvil y me quedé profundamente dormida. No desperté si no hasta entrada la tarde. Y cuando decidí finalmente abrir los ojos de nuevo, aquello que había estado tratando de evitar, aquello que me ha causado tanto dolor, regresó de golpe ocupando cada espacio de mi mente. Tenía qué enfrentarlo, ya era hora de reorganizarme. 

Así que hoy fue uno de esos días en los que me miré al espejo y me pregunté: "¿realmente vale la pena pasar por todo éste sufrimiento? ¿vale la pena derramar lágrimas por alguien que nunca te tomó en cuenta? ¿vale la pena darse a morir por algo que tarde o temprano terminarás por olvidar? No, no lo vale. Mañana, cuando todo haya pasado te reirás de aquello que te hizo sufrir y te darás cuenta de que cada momento que pasaste derramando lágrimas por esa estupidez fue solo tiempo perdido, nada más que algo pasajero". 

La vida es joven y aún queda mucho por delante. No podemos desperdiciar el tiempo que tenemos en lamentarnos por algo que seguro pasará, porque todo pasa, nada llega para quedarse. Solo hay que afrontar con valentía todo lo que venga y saber que si te caes, te levantas y sigues caminando. Nadie dijo que sería fácil pero no tiene por qué ser imposible. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué opinas?