sábado, 15 de noviembre de 2014

Relato corto: "verdades con filo"

Las clases eran largas, más aún eran los recesos.

Cada una de las secciones de segundo año bajaba a comer a las ocho y veinte de la mañana todos los días.
Y allí estaba él, sentado junto a ella, una morena de facciones delicadas. Sus bocas se movían entretenidas mientras conversaban quien sabe de qué cosa. Él tomó su mano, se acercó a ella y le dijo algo al oído, ella sonrió abiertamente.
En la pared del frente, no tan sonriente, ella lo observaba todo. Su corazón se comprimía y sentía una extraña presión aplastando su pecho. Sentía que iba a llorar, pero no podía hacerlo allí, en frente de todos. Pensó: "es obvio que es mucho más bonita que tú, Mariana, pero esto no puede estar pasando, él me hubiese dicho. ¿O no? Quizás todo había sido un juego, él solo se estaba burlando de ella, de lo que sentía... Él sabía que ella no era una persona demasiado extrovertida, supongo que pensó que sería una presa fácil... No se equivocó" y cómo le dolía... Se levantó de allí de golpe susurrando entre dientes lo estúpida que era. Una lágrima salió, luego otra más y terminó ahogándose entre sollozos, uno tras otro. Se sentó en una esquina alejada del segundo piso donde nadie pudiera verla. En eso, ve llegar a una de sus compañeras de clase, la mejor amiga de él -lo que faltaba, pensó-.
-¿Qué tienes pequeña?
Qué más daba, se lo iba a decir de todas maneras.
-Él... -intento controlar el llanto para poder hablar- realmente me gusta, y... -se interrumpió a si misma de nuevo- yo no sabía, que él y ella, estaban...
-Juntos... -terminó su compañera- Desde hace un mes.
-Yo... En serio, lo siento mucho, yo no quería..
-Lo sé Mari, lo sé -su compañera la abrazó fuertemente- sólo quiero que sepas que no es tu culpa.
-¿y por qué me duele tanto aún? -dijo en un suspiro, hundiéndose en los brazos de su amiga, sabiendo que debería dejar de llorar antes de que la campana sonará de nuevo.

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