jueves, 3 de diciembre de 2015

Poema de una interrogante

     ¿Cómo describirías el placer?


Me gusta observar las constelaciones.
Sobre todo aquellas que yacen en tu cuello, 
hechas de lunares 
y las marcas de mis besos. 
Te he perdido la pista 
como el naufrago que en sueños
se lanza en mar abierto
a perseguir la noche.
Tus manos que seducen
y como ríos, desembocan, 
me han prendido las luces 
y guiado hasta tu boca. 
Con cada roce has descubierto por pedazos a mi piel
y el fuego de tus dedos va dejando un rastro de cenizas...
No repares en mis lágrimas si sientes la humedad,
mis ojos no han sido lo único que ha empezado a inundarse.
A ti, me entrego con mi alma desnuda
y aunque a veces no sea suficiente,
me he vuelto de cristal para que veas cómo, en ella, 
solo te reflejas tú. 
Me estremezco pero no cierro mis párpados
para ver como te rindes y te pierdes en mis dedos...
Mi voluntad ya no me pertenece,
la has arrancado con tu mirada,
dejando un espacio vacío que 
solo eres capaz de llenar tú. 
Mis gemidos parecen salir de tu boca,
nada es mío pero tampoco tuyo,
ambos, dueños de nada,
juntos, teniéndolo todo.
Y mi amor: 
cuando caes sobre mi,
agotado y saturado de éxtasis,
cuando te encierro en mis brazos,
cuando aprieto mis labios en tu hombro,
allí finalmente, 
se encuentra mi placer.


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