Todo o nada.

He estado huyendo de todo y persiguiéndolo todo. De algún modo soy las dos caras de la misma moneda.

Me sobran los insomnios llenos de recuerdos, que inundan mi mente y me sofocan hasta no poder. Al final, tendré que dar la cara. Tendré que empezar de nuevo. Tendré que desprenderme de aquello que ahora echo de menos. Pero estoy dándole tiempo al tiempo y se que mientras mantenga mi espíritu libre y mi cabeza en alto, todo irá bien porque no estoy tan sola como pensaba que lo estaría.