Durante éste tiempo que estuve 'fuera' me dejé llevar, comía todo lo que quería, me acostaba de madrugada sin darme tiempo a pensar en el insomnio, viaje, caminé mucho, reí (y por supuesto, lloré), pensé, reflexioné y volví a pensar sobre muchas cosas, empecé a meditar y a concentrarme en ser feliz por encima de todo y encontré nuevamente la manera de sentirme bien conmigo misma. He vivido tratando de encontrar un equilibrio en mi vida, y finalmente sé que estoy empezando este año por buen camino.
Así que desperté esta mañana dispuesta a asumir con la energía más positiva todo lo que se me viniera encima. ¡Y lo logré! Me siento totalmente completa y realizada.

De eso se trata; ying y yang, lograr un equilibrio entre todas las cosas. Y sé que habrán momentos difíciles, pero me sobrepondré como siempre hago, confío en mí, tengo las baterías recargadas y la buena vibra corriendo a mil por hora. Soy susceptible y tengo montones de problemas pero, ¿quién no los tiene? Y no voy a ser yo la que se dé a morir por ellos. Tengo gente que me quiere, compromisos que cumplir, y yo puedo con eso.
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