martes, 7 de enero de 2014

Now I can.

De vuelta a la rutina; un nuevo período escolar, nuevos compromisos y una nueva actitud.

Durante éste tiempo que estuve 'fuera' me dejé llevar, comía todo lo que quería, me acostaba de madrugada sin darme tiempo a pensar en el insomnio, viaje, caminé mucho, reí (y por supuesto, lloré), pensé, reflexioné y volví a pensar sobre muchas cosas, empecé a meditar y a concentrarme en ser feliz por encima de todo y encontré nuevamente la manera de sentirme bien conmigo misma. He vivido tratando de encontrar un equilibrio en mi vida, y finalmente sé que estoy empezando este año por buen camino.
Así que desperté esta mañana dispuesta a asumir con la energía más positiva todo lo que se me viniera encima. ¡Y lo logré! Me siento totalmente completa y realizada.
Todo es más fácil, conmigo y con los demás y si yo estoy bien todo lo demás a mi alrededor estará bien. Es un reto: las asignaciones, los profesores, las clases, idiomas por las tardes, el entrenamiento cada semana, llevar bien mi vida social, ser más independiente y hacer más cosas por mi misma, tener siempre la mente abierta a cosas nuevas, mantenerme activa, escribir, los regalos, las muestras de aprecio, las fiestas, los cumpleaños, equilibrar mis finanzas, ahorrar, compartir con las personas importantes en mi vida, enfocarme en pasarla bien con lo que sea que haga y tomarme un tiempo para mi siempre que pueda.
De eso se trata; ying y yang, lograr un equilibrio entre todas las cosas. Y sé que habrán momentos difíciles, pero me sobrepondré como siempre hago, confío en mí, tengo las baterías recargadas y la buena vibra corriendo a mil por hora. Soy susceptible y tengo montones de problemas pero, ¿quién no los tiene? Y no voy a ser yo la que se dé a morir por ellos. Tengo gente que me quiere, compromisos que cumplir, y yo puedo con eso.

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