Gotas retumbando contra el asfalto,
la brisa que se cuela entre las capas de ropa,
mi cabello suelto, libre, moviéndose con el viento.
Y aspiro la calma,
la paz,
cuando una ráfaga helada me sacude
haciéndome tiritar por un segundo,
pero me recupero y sigo,
abrazándola,
besándola,
sosteniéndola entre mis brazos mientras me recorre la espalda con sus dedos fríos
y me acaricia la cara suavemente,
acunándome en ella,
siendo mía y yo siendo suya,
nos pertenecemos por un instante
o quizás por una eternidad.
Y ella está aquí,
ya yo no estoy sola,
porque me acompaña adónde sea que yo vaya.
Y me canta por las noches con su voz acompasada hasta quedarme dormida
y veo sus lágrimas escurrirse por la ventana dispuesta a compartir mi dolor,
a liberarme del vacío.
Estoy enamorada
así como un niño y su inocencia,
que ama el olor de las flores en primavera,
el sonido alegre de la risa
y las cosas más sencillas de la vida.
Y es que tan sólo con ella
puedo sentarme cualquier tarde a leer un libro mientras me contempla en silencio,
intentando tomar mis emociones
y hacerlas suyas.
Me llena,
aviva mi espíritu,
es parte de mi esencia.
Es mi aliento contra el suyo,
mi calor y su frío,
su presencia y mis ganas de compañía.
Pura, única, frágil y encantadora,
sencillamente,
lluvia.
Ohh! Unas palabras hermosas, sublimes para una protagonista igual de hermosa y sublime :) A mí también me encanta la lluvia! Es más, estoy enamorada de la lluvia :)
ResponderEliminarUn abrazo y, hay nuevo "Descubriendo a..." en mi blog, pásate cuando quieras :3