Deja que me acostumbre a estar sin ti; sin tus ojos, sin tus manos cubriendo los míos, sin tu boca, sin tus palabras, ni tu sonrisa o tu voz... Esa maldita voz que me hace caer a tu abismo, una y otra vez.

Aléjate, no permitas que te suplique porque no lo haré... Solo hazlo.
Ojalá y vernos en otro momento, en un futuro, cuando nuestras vidas vuelvan a cruzarse por el camino. Y ésta vez quedarnos allí, haciendo de lo efímero un 'para siempre', tu y yo, como uno sólo. Más maduros, más libres, más nosotros.
Y seguiré soñando con tomar ambos lados de tu cara y darte un beso que me alcance para el resto de mi vida, que signifique que no todo ha sido malo, que no es un adiós si no un hasta luego.
Un dos de julio de memorias sepultadas en tumbas abiertas.
La nostalgia de un pasado, el temor al futuro.
No quiero dejarte, nunca quise dejarte, pero acuérdate de nosotros cuando en poco más de veinte lunas, me veas marchar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué opinas?