miércoles, 2 de julio de 2014

Go away.

Por favor, quédate allí, lejos de mi. 
Deja que me acostumbre a estar sin ti; sin tus ojos, sin tus manos cubriendo los míos, sin tu boca, sin tus palabras, ni tu sonrisa o tu voz... Esa maldita voz que me hace caer a tu abismo, una y otra vez.
No vuelvas, ni aunque mi mirada sin querer te lo pida, o veas como mis manos tiemblan al pasar por tu lado. Simplemente vete, así, en silencio, y no me pidas más paciencia ni tiempo donde sólo quedan ganas. Ganas de quererte nuevamente y seguir intentando recuperar algo ya perdido.
Aléjate, no permitas que te suplique porque no lo haré... Solo hazlo.
Ojalá y vernos en otro momento, en un futuro, cuando nuestras vidas vuelvan a cruzarse por el camino. Y ésta vez quedarnos allí, haciendo de lo efímero un 'para siempre', tu y yo, como uno sólo. Más maduros, más libres, más nosotros.
Y seguiré soñando con tomar ambos lados de tu cara y darte un beso que me alcance para el resto de mi vida, que signifique que no todo ha sido malo, que no es un adiós si no un hasta luego.

Un dos de julio de memorias sepultadas en tumbas abiertas.
La nostalgia de un pasado, el temor al futuro.

No quiero dejarte, nunca quise dejarte, pero acuérdate de nosotros cuando en poco más de veinte lunas, me veas marchar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué opinas?