Buscando la ventana del escape,
encontré una puerta en su lugar,
entreabierta, esperando por el momento indicado,
por mí.
Quiero gritar que estás conmigo,
que estamos juntos en esto.
Y ya el horizonte no parece tan lejano,
y las utopías se han vuelto metas alcanzables.
Sé que puedo intentar,
sobre mis límites y barreras,
llegar a la cima de la montaña,
conquistar esta causa no tan perdida de una vez.
Escucho tu respiración acompasada y me idealizo a tu lado.
Me sueño aquí y allá,
contigo, sin tí
de la mano o a rienda suelta,
desde mi hogar en tus ojos hacía el resto del mundo, mientras las manecillas de un reloj corriente guían mis pasos.
Y si decido quedarme,
me quedo contigo,
y si me voy,
te llevo conmigo.
Porque si me fui,
es sólo por una cosa...
Para que recuerdes que el mundo es redondo,
y que le daría la vuelta entera,
para obsevar por un segundo tu silueta,
y así poder desde atrás,
rodear con mis brazos tu cintura.
Hoy más que nunca,
creo en aquellos imposibles posibles,
en los míos, tuyos y nuestros,
que han llegado a su fecha de vencimiento y luchan por convertirse pronto en una realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué opinas?