Cada quien vela por su propio interés.
Tú, por mantener tu mundo de sonrisas de corto plazo y felicidad en decadencia.
Él, por sentirse libre, sin importar a quien haga esclavo por ello.
Yo, que encerrada entre tantos de mis parámetros, voy renunciando a mis impulsos, resignada a lo diario, lo básico y lo común.
Tal vez es cierto eso de que el verdadero amor es aquel que despierta a el alma... Quizás la mía se cansó de esperarte despierta y se ha dormido esperando a que regreses.
Pero no regresarás, eso lo sé.
Y él... Él es el único que teniéndome en sus brazos no ha encontrado ese vacío tan palpable a mi alrededor con el que tú me has dejado.
Quizás esperaba sentirme así; quizás son mis pensamientos los que están creando ésta barrera o incluso me arriesgaría a pensar que por primera vez, no está en mí el problema.
domingo, 1 de febrero de 2015
Acantilados internos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Lo mejor para despertar un alma dormida es no esperar a nadie ni nada, sino vivir cada día con pasión e intensidad y aprovechar cada segundo como si fuera el último ;)
ResponderEliminarUn abrazo y pásate cuando quieras :3
Nunca me convenció mucho esa idea de que, en el amor, un clavo saca a otro clavo. Pero que lo he visto miles de veces, eso seguro!
ResponderEliminarCoincido con el comentario de acá arriba: no esperes a nada ni a nadie, porque la vida nunca lo espera a uno, y cuando queremos acordar, se nos pasó volando.
Te mando un abrazo gigante, y mucha suerte.
http://godsave-elvis.blogspot.com.ar/