lunes, 9 de marzo de 2015

Mis manos vacías sin tí

Su reflejo en mis ojos era un oasis en medio del vacío que nublaba mi mente. La manera en que curvaba los labios al reír hacía que su boca fuese mi paisaje favorito. Cada vez que enredaba sus dedos y los míos yo me hacía invisible porque él tenía ese poder en mí. El poder de hacerme querer ser únicamente visible para él. Ser todo lo que mirase (y amase).
Cuando se marchó luego, me dejó ésta maleta llena de recuerdos nuestros... Vale recalcar que nunca hubo nada que fuese enteramente nuestro. Quizás algunos roces y contadas miradas... Pero el resto de las cosas, se sentían demasiado mías, al extremo idealizadas por mi corazón a oscuras.
Tengo ahora tantas palabras en mi boca que buscan la manera de salir, que trazan un pacto entre lo que nunca dije y aquellas cosas que buscaba oír de ti. Tengo éstas ganas de besarte cada día, de continuar aquello que dejaste a medias. Tengo la huella de tus dedos en mi piel y el sabor de tu boca en mi memoria. Tengo tus palabras, esos pausados: te amo, y cada lágrima que he visto caer por mi cara desde que no estás aquí.
Lo tengo todo y de nada vale...
Así que dejaría todo,
sólo si te tengo de vuelta a tí.

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