viernes, 8 de abril de 2016

No le creas a este poema

No le creas a este poema sin rima, 
en cambio, créele a mis manos
cuando en tu espalda van dejando cabos sueltos de cada uno de nuestros crímenes, 
y a mis labios, 
que juntos le obsequian plegarias a los tuyos 
y abiertos se ofrendan enteros a ti.
Créele a mi lengua, 
que no hacía más que hibernar antes de tu llegada 
y a mi voz, 
que con cada caricia se quiebra y es incapaz de emitir más que sonidos toscos, 
reflejando (desvergonzada) cuán primitiva me ha vuelto tu aroma.
Créele a mis piernas, 
cerradas, abiertas o expectantes,
temblando de cualquier modo con tan sólo sentirte cerca
y a mis ojos,
que ruegan por contemplarte,
despierto y dormido, con ropa o sin ella, 
por indagar más allá de lo visible en el exterior, 
en tu alma,
tal como tú me has hallado a mi.
Pero no le creas a estas letras
porque todo lo escrito puede borrarse y todo lo dicho, perderse.
Sin embargo, 
mis manos y mis labios, 
mi lengua y mi voz,
mis piernas y mis ojos,
así como el resto de mí, 
aunque se gaste, 
se seque
y se marchite, 
siempre (que estés) te pertenecerá a ti.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué opinas?