lunes, 8 de agosto de 2016

estereotipo

He triunfado en ocultar
de los ojos de otros tantos,
lo que gritar a toda máquina, 
han querido los míos.

A mí se adhieren las mordazas
y se incrustan las cadenas
(es mejor callar —me digo—
a entregarme luego a tientas)

¡Y qué fuerte anhelo es este 
de sentirme libre! 

libre para dar
para sentir que dejo
que mi alma suelta así 
con la de otro emprenda vuelo.

¡y es que quiero querer tanto 
que si lo hago me pierdo!

Ha habido tanto de mí
disperso en tantas partes
en tanta gente distante
que ya de mí no tengo.

¿Cuánto más,
cuánto tiempo 
ha de pasar entonces?
¿En cuántos pedazos
he de romperme,
cuántos hilos sueltos dejar?

¿Qué tan en ruinas debo estar
para alcanzar el estandarte 

y no ser desecho que arrojan
sino recibida como arte?

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