domingo, 14 de mayo de 2023

Feliz día de las madres

 Hoy quiero agradecerme. Quiero felicitarme. Hoy estoy muy orgullosa de mi.

Y desde lo más dentro de mi ser, esta Mariana pequeña de 8-9 años, que ya se daba cuenta de todo, que tenia miedo, que vivía intentando aislarse de una realidad horrible: esa Mariana niña, está muy muy orgullosa de ti Mariana adulta. La Mariana de hoy. Eres como siempre creí, mi modelo a seguir, y no eres perfecta pero estoy feliz de saber que contigo estoy a salvo, que contigo estamos haciendo las cosas bien, y que vamos a estar bien.

Hoy estoy orgullosa de mi. Tuve, como le dice mi terapeuta: mi primera conversación valiente con Lily. 

Ella ha tenido unos días difíciles y el viernes yo sorteé la situación y vi que ella estaba muy sensible, así que le di su espacio, la conforté como pude y no me tomé nada personal. Esa fue la primera batalla ganada. La batalla dentro de mi misma: una Mariana que aprendió de su mamá que todo lo que dicen y hacen es un ataque contra ella, y otra Mariana que sabe diferenciar lo que es de ella de lo de los demás, que sabe poner limites internos y entender que las otras personas tienen distintas maneras de expresar sus emociones y eso no es un ataque contra ti.

Hoy, estando en completa paz, no me imaginé que iba a tener esta primera conversación valiente. Esta mañana vino una señora a limpiar y cuando llegué a la casa la señora le decía a Lily que le había dejado la basura en el balcón para sacarla en la noche cuando pasara el aseo. Lily se rio y dijo: si, es que ese es mi trabajo. Mi pensamiento inmediato fue: ese no es su trabajo, es de ambas, pero me dije a mi misma que Lily estaba solo bromeando. 

Mas tarde en el día, llegué de hacerme las uñas y no quedamos hablando un rato de las series que íbamos a ver cuando llegara el televisor, y en eso, le hablé de The Office y de Greys Anatomy y de AHS. 

Hace una hora, estaba acostada acá en la cama viendo The Office y oigo a Lily hablando con Maru, contándole las cosas del día, y desafortunadamente escucho algo como: es que tu me dijiste que eligiera mis batallas, y esta mañana, la señora me dio la basura y yo dije claro! ese es mi trabajo (hay cosas que no entendí entonces por eso dejo este espacio en blanco) y siguió diciendo: y entonces luego la tipa me dice que quiere que veamos The Office y yo le digo que no... 

Y así ella siguió hablando y para mi, todo en mi mente se me nubló. Primero, porque a pesar de que no estaba escuchando todo, parecía como que ella se estuviese quejando y que estuviera muy molesta conmigo e indicando 1) que no la ayudo a sacar la basura 2) y que le digo que haga cosas que no quiere hacer. Y segundo, porque pensé: wow, se lo está diciendo así de feo a Maru, sabiendo que la puedo estar escuchando en vez de decírmelo a mí.

Y de una en mi mente apareció Zorella, su voz fuerte, dominante, castrante: como se atreve a hacer eso? que le pasa? Yo no puedo vivir aquí así, me voy a tener que mudar, esto me ofende y es inaceptable. Completamente me quedé 5 minutos tiesa de la molestia. Indignada y hasta con miedo porque pensé en que si así estaba empezando mi convivencia con ella, entonces esto iba a ser muy problemático. La reacción que Zorella quería era ir corriendo al cuarto de Lily y confrontarla y decirle que yo la estaba escuchando y explotar.

Pero decidí respirar varias veces y las palabras de mi terapeuta vinieron a mi cabeza otra vez: la función del enojo es poner límites, ¿Qué limites quiere poner este enojo? 

Después de que supe que ella había terminado su conversación, me levanté y caminé hacia su cuarto, con miedo de tener que hablar y sobre todo con el miedo de que fuese una confrontación como las que Zorella siempre quiere, que es solo conflicto sin solución, que solo busca destruir, desestimar y herir. 

Le toqué la puerta y le dije: oye Lily, solo quiero decirte, que si sientes que es tu trabajo sacar la basura quiero que sepas que no es así y que nunca he querido hacerte sentir de esa forma, y quiero que sepas que me puedes decir lo que te molesta directamente en cualquier momento y podemos hablarlo. 

Ella me pidió que me sentara y me senté. Me dijo que ella le estaba contando a Maru momentos que le parecieron graciosos e interesantes en el día porque ella le cuenta todo a Maru y que no estaba para nada molesta. Que ella había dicho lo de la basura en broma pero también me dijo que de cierta forma, encargarse de sacar la basura le daba estructura a ella porque es una persona de rutinas. Y que lo de las series lo dijo contándole lo diferente que somos en gustos de películas y series.

Lo primero que me vino a la cabeza fue: wow, Zorella ya estaba lista para atacar sin siquiera haber escuchado completo ni saber el contexto. Y luego que supe el contexto, me dio mucho alivio saber que yo había actuado de forma contraria a Zorella, y que más bien me había acercado con la intención de escucharla y de pedirle que fuese abierta y directa en su comunicación conmigo.

Estuvimos hablando otros minutos donde quise dejarle muy en claro que cualquier cosa que sintiera, así fuese nada mas una pequeña incomodidad, que me la dijera para no dejar que se convirtiera en una molestia más grande, que yo no me tomaba las cosas de forma personal y que de sentir que algo me lastimaba, se lo diría. Y que siempre hay manera de darle la vuelta a las cosas y llegar a acuerdos. Ella expresó lo mismo. Aclaramos ciertas cosas como el tono de voz o conductas que tenemos que a veces parecieran dirigidas hacia la otra persona pero que no tienen que ver con más nadie sino con uno mismo. Por ejemplo, el hecho que yo diga varias veces en el día en voz alta que hay que sacar la basura es un recordatorio para mi misma porque yo a veces pienso en voz alta y me repito cosas para no olvidar, y no quiero que ella nunca llegue a pensar que soy yo dándole ordenes de que ella tiene que sacar la basura. O el hecho de que cuando ella está estresada puede ser muy ruda y sin filtro al decir las cosas y a hablar más de la cuenta, como había pasado el viernes, y yo le reafirmé, que yo sabía que ella había tenido un mal día, y que sabía que no había sido una actitud contra mí, sino que era su manera de lidiar con sus emociones. 

Estoy TAN orgullosa de mi, porque mi primera reacción fue la que aprendí de mi mamá: cerrarme, ir hacia el conflicto, sentirme agredida y ofendida y querer herir de vuelta. Y la otra Mariana niña, que huye a la confrontación, se hubiese quedado callada sin hacer nada, sintiéndose mal por días, asumiendo cosas que no son verdad y probablemente explotando después.

Pero yo, la Mariana adulta del presente, lo identifiqué rápidamente y pensé: esta es precisamente una oportunidad para establecer la forma en la que nos vamos a comunicar las cosas de ahora en adelante, para que ella deje salir lo que necesite si ese era el caso y para buscar herramientas. Porque uno construye el lugar donde quiere vivir, y yo quiero vivir un lugar donde me sienta en paz.

Me siento orgullosa porque: 

1) antes de asumir y actuar ante un ataque, decidí acercarme a ella a verificar si así era realmente como se sentía y a hablarlo.

2) tuve la conversación a pesar del miedo de que saliera mal y del instinto que me decía que tenía que guardármelo. 

3) NO SOY MI MAMÁ. Y estoy rompiendo los patrones tóxicos de mi mamá que existen dentro de mi. La gente siente, dice y hace cosas, y muchas veces (la mayoría de las veces) esas cosas no tienen que ver contigo, sino con lo que pasa con ellos mismos internamente. 

4) Confirmé que todos tenemos formas de comunicarnos muy distintas y lo que para lily puede sonar como una orden, para mi es solo un recordatorio mental conmigo misma. Y lo que para mi puede sonar como una queja de lily en verdad es que su tono general al hablar tiende a ser duro. 

5) Establecimos nuestras primeras reglas de comunicación. 

6) Finalicé la conversación diciendo: confío en mi capacidad de comunicarme efectivamente contigo y confío en tu capacidad de comunicarte efectivamente conmigo. Porque si yo confío en que ella me va a decir las cosas y ella confía en que yo se las voy a decir, no hay necesidad de asumir, ni vivir en zozobra ni con ansiedad ni a la defensiva. Fue muy importante la manera en la que lo dije porque no solo confío en que ella lo va a hacer, sino que confío en que también soy capaz de expresarme, hablar, manifestar, mantener y negociar mis puntos de vista. 

La Mariana niña (y adulta) a la que todavía su mamá la hace callar y la minimiza y dice que su opinión no importa porque "su cerebro no está desarrollado", hoy se sintió en paz. 

La Mariana niña está agradecida con la adulta porque ante esa voz de esa mamá que le dice que no hable, que se calle, que reprima, La Mariana adulta decidió ir y hablar las cosas, y no sólo eso, sino que decidió hacerlo desde la asertividad y la calma y no desde la rabia y la agresión. 

Mi terapeuta me dijo hoy que durante mi vida había estado acostumbrada a los dos extremos: o a vivir en lugares donde no se respetó nunca mi espacio personal, o a vivir completamente sola y a veces aislada y que esto precisamente era un punto medio de crecimiento para mi. De balance. 

Estoy orgullosa de mi y estoy orgullosa y agradecida al final de todo esto con mi abuela también, porque mucho de esto, de esta valentía, de esta ecuanimidad, de esta racionalidad, de esta capacidad de escucha y expresión que ahora tengo, se la debo a su ejemplo y a su apoyo durante estos últimos años que para mi han sido decisivos en la formación de mis límites y mi personalidad. 

Capaz todo esto se lea como una cosa tonta, como que puse muy grande algo que en verdad es una pequeñez, pero para mi como adulta y para la Mariana que necesitaba esa contención y serenidad de niña, es un paso gigante. Es romper con todas esas conductas desadaptativas y seguir siempre escogiendo lo que me de paz y me vaya a hacer sentir mejor a mi y a mi entorno. 

Gracias a mi misma, y gracias Abue, durante todo el día te he tenido presente y aún más en este momento porque wow, has sido la palanca que me ha impulsado a ser mejor cada día, conmigo misma y con los demás. Te admiro, te amo, y aprovecho para desearte feliz día de las Madres. Quiero que sepas que cada vez que te hablo me siento en casa no importa en qué parte del mundo me encuentre y que deseo abrazarte pronto porque tu contención, tu apoyo y tu cariño para mi es una de las mayores bendiciones que Dios me ha podido dar.

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